Si ⅓ del tráfico total de Internet se centra solo en páginas pornográficas, es lógico pensar que los menores puedan acceder a este tipo de portales con gran facilidad. Esto, para parte de la población, es un problema. De hecho, hay quienes defienden que es uno de los motivos por los que aumentan los casos de violación y abuso sexual. ¿Es realmente una de las causas?

En nuestras redes lanzamos 2 preguntas: ¿contribuye el porno a que el sexo consentido sea más violento? ¿Debería eliminarse por completo este tipo de contenido? De las más de 100 personas que contestaron, el 70% consideraba que la pornografía hace que aumente la violencia en el sexo. Sin embargo, casi el mismo porcentaje afirmaba que no se debería acabar con ella. Algo contradictorio, ¿no?

¿Por qué pensamos esto?

Estamos acostumbrados al porno “mainstream”, un porno clásico, patriarcal y machista en el que el hombre, un ser que necesita sexo para sobrevivir, domina la situación y tiene bajo su poder a la mujer. Incluso vemos que el porno lésbico está orientado al disfrute del hombre. Esto, al final, nos crea una imagen irreal del sexo y nos lleva a tener unas altas expectativas que, en la mayoría de los casos, no se alcanzarán. Ese es el problema.

Retomando el tema de los menores, es muy importante entender ver que el porno existe y que van a encontrarlo en la red (sea buscado o no). Es prácticamente imposible evitar que les llegue este tipo de contenido, pero lo que sí podemos hacer es explicarles que no es algo real. Intentar que no accedan a esos portales o no hablar sobre ellos y sobre sexualidad no va a conseguir que no les llegue, al contrario. Cuando pones barreras, los niños se sienten más atraídos. Lo que verdaderamente importa es hacerles ver que es una irrealidad, simplemente ficción, y que las prácticas que se llevan a cabo en esta clase de vídeos no son las que van a encontrarse ellos.

Pero no solo es algo que afecte a los menores. Los adultos también debemos entender que es simple entretenimiento, no podemos actuar como si no existiese, pero tampoco tomarlo como la verdad absoluta. Por ello, tanto expertos en sexología y personas que trabajan en la industria como la mayoría de nuestros seguidores (y nosotros mismos) coincidimos en que no debería eliminarse por completo, pero sí renovarse. 

¿Y cómo podemos renovarlo?

Erika Lust ya ha dado el primer paso. Es pionera en la creación de pornografía feminista y alternativa actual, aunque el origen de este tipo de cine se remonta a los años 80. En 2008 ganó su primer premio “Feminist Porn Award” en la categoría “Película del año”, acumulando ahora siete de estos, considerados los más importantes dentro de este tipo de pornografía.

English EN Español ES