NO somos profesionales. Si necesitas informarte bien sobre la lactancia materna, la mejor opción es acudir a un/a especialista de confianza que pueda asesorarte. Toda la información que encontrarás aquí, aunque está sacada de webs y/o profesionales del sector directamente, puede no adaptarse a tu caso personal.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la lactancia materna debería ser alimento exclusivo de nuestros bebés durante los seis meses de vida. Además, a partir de ese momento se recomienda seguir con lactancia complementaria hasta los dos años como mínimo. 

A pesar de que existen distintos tipos de lactancia y no todas las personas optan por la lactancia materna exclusiva (por diferentes motivos), es esta alternativa el que reporta una mayor cantidad de beneficios tanto para el bebé como para la madre y, en ocasiones, genera algunos problemas. 

En este post, nos centraremos en los principales problemas derivados de una mala práctica durante la lactancia materna. Para ello, contamos con información facilitada por pediatras, revistas científicas y especialistas en el tema.

Mastitis

Uno de los problemas más frecuentes es la conocida mastitis pero, ¿qué es exactamente y cuáles son sus causas?

La mastitis es la inflamación del tejido que recubre el pecho. Esa inflamación puede derivar en una infección provocando dolor, hinchazón, enrojecimiento o fiebre, entre otros. En ocasiones, es posible que la madre sienta que no genera leche, lo que provoca un destete mucho más rápido y antes de lo previsto. 

Esta inflamación puede deberse, principalmente, a dos causas que recoge la organización Mayo Clinics

En primer lugar, la obstrucción del conducto mamario.” Si la mama no se vacía completamente en cada toma, se puede obstruir uno de los conductos mamarios. La obstrucción hace que la leche regrese, lo que genera una infección mamaria”, señalan los profesionales de la organización.

Por otro lado, la mastitis podría provocarse con la llegada de bacterias al pecho. Esto se debe a que en la boca del bebé, al igual que ocurre con la capa externa de la piel, contiene bacterias. Por lo tanto, es posible que esas bacterias entrasen en contacto con el conducto mamario a través de las glándulas. Además, desde Mayo Clinics afirman que “la leche estancada en una mama que no se vacía se convierte en un caldo de cultivo para las bacterias”. 

Los síntomas principales de la mastitis son:

  • Hinchazón y/o creación de bultos en las mamas
  • Sensación de ardor/dolor
  • Fiebre
  • Malestar general
  • Sensibilidad en las mamas

Mal agarre

Se trata de la dificultad más común en las madres que optan por este tipo de lactancia. Un mal agarre provoca fuertes dolores en la mama y puede derivar en otro tipo de problemas, como la mastitis. 

Para solucionarlo, la forma más utilizada es dejar que el bebé se coloque por sí mismo, es decir, permitir que el bebé sea el que encuentre el pecho de forma natural, sin ayuda de la mamá. Pero desde Lactancia sin dolor recomiendan seguir los siguientes pasos:

  1. Coloca el bebé de manera alineada, es decir, con la cabeza y la espalda en la misma línea recta.
  2. El bebé tiene que estar tan cerca del cuerpo de la madre como sea posible.
  3. El pezón tiene que quedar entre la nariz y el labio superior.
  4. Roza ligeramente el labio superior del bebé para conseguir que abra bien la boca.
  5. No tengas prisa, deja que el bebé abra muy bien la boca y entonces acércale rápidamente al pecho.
  6. Los bebés realizan un movimiento de succión más rápido y menos profundo al principio para estimular el reflejo de eyección (“bajada de la leche”); y luego pasan a movimientos amplios y profundos.
  7. Si al cabo de pocos segundos todavía existe dolor, es mejor romper la succión cuidadosamente y empezar de nuevo.
  8. Cuándo el bebé esté bien cogido al pecho, acuérdate de relajarte tú también. Relaja los hombros y los brazos y recuéstate hasta que estés cómoda.
  9. Otra manera efectiva de conseguir un buen agarre es dejar que sea el bebé que espontáneamente se agarre al pecho. Esto implica dejar que el bebé cabecee y se recoloque hasta que encuentre una posición en la que agarrarse al pezón.

 

Hipogalactia

Sarai de la Fuente Gilabert,  consultora internacional de lactancia IBCLC y vicepresidenta de la Asociación Española de Consultoras Certificadas en Lactancia Materna, señala la hipogalactia como una de las consecuencias derivadas de una mala práctica en cuanto a la técnica empleada para amamantar se refiere.

Desde el portal Bebés y más, señalan que la hipogalactia “es la incapacidad de una madre para producir suficiente leche materna para cubrir las necesidades nutricionales de su bebé de manera exclusiva”. 

Existen dos tipos de hipogalactia:

Por un lado, la hipogalactia primaria, que es la menos frecuente y consiste en la incapacidad de producir leche. 

Por otro, la hipogalactia secundaria, que implica una menor producción de leche, “no por causa materna sino por mala práctica o mal manejo”, señala la doctora Gilabert.

La hipogalactia es más frecuente de lo que podamos llegar a creer. Desde la web de salud infantil señala que “nos encontramos también aquí con lactancias mal enfocadas, con horarios rígidos en vez de a demanda, saltándose alguna toma o en las que hay separación prolongada de la madre”.

Dolor al amamantar

En primer lugar, hay que señalar que dar el pecho no produce dolor, aunque es habitual sentir molestias durante las primeras tomas. Si, por el contrario, la mamá siente dolor durante un período de tiempo mayor, probablemente pueda deberse a que su bebé no está siendo amamantado correctamente. Pero, ¿cuál es el motivo? 

  • Posición incorrecta
  • Mala succión
  • Infección en los pezones
  • Alteración bacteriana

Hoy en día, existen numerosos recursos en Internet para evitar ese dolor al amamantar. 

Grietas

Se generan cuando el bebé mama solo del pezón, sin llegar a agarrar parte de la aureola. Desde Bayer señalan que, para evitar que las grietas se infecten, hay que prestar atención al primer síntoma: “el pezón está sonrosado o enrojecido, como si se hubiera escaldado”. 

Pero, ¿qué provoca la generación de grietas?

  • Un agarre inadecuado: la causa más común. 
  • Candidiasis mamaria: 1 de cada 20 recién nacidos sufre candidiasis oral durante los primeros meses de vida. Esa infección puede transmitirse al pezón al mamar, lo que hace que este cambie de color y se vuelva más brillante en algunas ocasiones. 
  • Infecciones bacterianas, que provocan dolor en el pecho, escozor, fiebre y secreción de los pezones, entre otros. 
  • Mastitis.
  • Frenillo sublingual corto que le impide succionar correctamente.

Queda claro que durante la lactancia materna pueden surgir diferentes problemas. Cuando uno de ellos aparece, lo mejor es informarse y acudir al médico para que evalúe tu caso te indique qué es lo mejor para ti y para tu bebé

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