En numerosas ocasiones, las mujeres tienen dificultades para alcanzar el orgasmo. Muchas de ellas se obsesionan con llegar al clímax y, precisamente eso, es el origen al problema, aunque no siempre es así. A veces, ese impedimento se debe a otro tipo de razones. Pero, ¿cuáles son esos problemas que dificultan el orgasmo y qué consecuencias puede tener?

Problemas que dificultan el orgasmo

Anorgasmia

La anorgasmia es la disfunción sexual femenina (DSF) más común. Tal y como recoge la web Vitónica, este trastorno “impide o dificulta en exceso y de manera habitual la posibilidad de alcanzar el orgasmo a pesar de la estimulación sexual que exista”. Esta anomalía afecta tanto a hombres como mujeres, aunque es mucho más común en ellas.

La gran mayoría de los casos de anorgasmia detectados, alrededor de un 95%, tienen su origen en causas psicológicas. Este dato, recogido en la web Mujer Bien, visibiliza una de las razones más comunes que imposibilitan y/o dificultan la llegada al orgasmo: la presión social.

Esa presión puede deberse a diferentes causas: factores sociales o culturales, que hacen que la mujer reprima y reste importancia a la búsqueda del propio placer; la tensión emocional, que agrava el problema en personas que sufren ansiedad por este motivo; problemas en la relación de pareja por la presión exterior, directa o indirecta, que señala la falta de comunicación entre ambas partes y, finalmente, la falta de educación sexual

El resto de casos de anorgasmia en mujeres, es decir, la gran minoría de casos, son producidos por causas orgánicas relacionadas con enfermedades, como la esclerosis, y problemas ginecológicos. Pero no son los únicos problemas de este tipo, también lo es el consumo de sustancias como el alcohol o el tabaco. 

Tipos de anorgasmia

  • Primaria: se produce en aquellos casos donde la persona nunca ha podido llegar a alcanzar el orgasmos en sus relaciones sexuales, ya sea sola o con otra persona.
  • Secundaria: la persona ha tenido orgasmos en el pasado, pero actualmente no es posible que llegue al clímax.
  • Situacional: es el tipo de anorgasmia que se produce cuando la persona solo puede tener orgasmos en determinadas circunstancias específicas.

¿Cuál es el tratamiento?

Como ocurre en otros ámbitos, el tratamiento dependerá de cada caso. Cada persona es un mundo, tiene sus propios problemas que pueden diferenciarse de los del resto aunque aparentemente pueden llegar a parecer iguales. Por eso, es muy importante acudir a un especialista para recibir un tratamiento acorde con las circunstancias que rodean a la persona. 

Por lo tanto, lo primero que habría que hacer ir a un profesional sanitario especializado en ginecología y/o sexología para que este realice un diagnóstico de nuestro caso y determine qué es lo mejor.

Además, existen terapias psicológicas con sexólogos y especialistas en el tema que pueden ser de gran utilidad a la hora de enfrentarse a este tipo de disfunción.

Por último, es muy importante que se lleve a cabo una mejora en la educación sexual que normalice este tipo de problemas, visibilice y ofrezca ayuda para acabar con ellos. 

Presión social

En numerosas ocasiones, la presión que llega a ejercer el grupo social que rodea a una persona puede incluir de forma directa en sus actos. En el caso de la llegada al orgasmo, las opiniones, las experiencias y el desconocimiento generalizado por parte de la sociedad hace que la persona vea que el sexo tiene que ser de esa forma. Tal y como recoge el portal web InfoBae, “en la experiencia orgásmica operan lo biológico, lo psicológico y lo social. Llegar al orgasmo está relacionado con el equilibrio y con la forma en que interactúan estas tres dimensiones constitutivas de todo individuo”. 

Pero esa presión no solo la ejerce el grupo social más cercano, sino que también se ve influida por los medios de comunicación e Internet desde edades tempranas.

En el caso de este último, contiene numerosas páginas de pornografía de fácil acceso que hacen que el espectador entienda que la sexualidad tiene que ser vivida de esa forma, transmitiendo una imagen errónea de la misma.

Por lo tanto, la presión social puede llegar a generar cierta frustración en la persona, haciendo incluso que no pueda llega al orgasmo. De hecho, el  tipo de orgasmo más extendido, el que se produce por la vía vaginal, es el más difícil de conseguir, según afirman numerosos especialistas.

Por eso, cuando una persona con vagina está practicando sexo con penetración puede llegar a sentirse mal al notar que tarda más en alcanzar al clímax de lo que puede llegar a verse en el mundo pornográfico.

Falta de lubricación

La falta de lubricación es uno de los problemas más comunes a la hora de tener relaciones sexuales, llegando incluso a impedir o dificultar la llegada al orgasmo.

Desde la web Trendencias, señalan que “todas las mujeres hemos sufrido en algún momento de nuestras vidas esa sensación de estar “secas” que no facilita para nada el momento de intimidad de una relación sexual”. Esa sequedad vaginal que dificulta las relaciones sexuales y, por ende, el clímax, puede producirse por diferentes razones:

  • Cambios hormonales: En momentos como la lactancia materna, la menopausia, el postparto se produce un gran cambio en los niveles hormonales de la mujer. En el caso de la menopausia, los niveles de estrógenos disminuyen, lo que hace que la vagina no lubrique como en otros momentos. 
  • Cistitis: Cuando una mujer sufre una infección de orina, puede llegar a afectarle incluso a las paredes vaginales, haciendo que llegue a tener incluso sequedad vaginal en algunas ocasiones. 
  • Estrés: Tal y como recoge Trendencias, “afrontar épocas de estrés prolongadas también puede llegar a afectar a nuestra vida sexual”. Por lo tanto, tener episodios de estrés llega a ocasionar esa falta de lubricación que sufren muchas mujeres.
  • Duchas vaginales: La BBC señala que una ducha vaginal consiste en “lavar o  irrigar el interior de la vagina con agua u otros líquidos”. En ocasiones, esos lavados incluyen sustancias como el vinagre, el bicarbonato que dañan las paredes de la vagina. Muchas mujeres optan por esa práctica porque consideran que limpian el interior de su vagina, pero los expertos señalan que “no protegen contra infecciones de transmitidas sexualmente y que no necesariamente limpian la vagina”. Además, los componentes de las duchas vaginales desequilibran el PH neutro de la vagina y provocan sequedad vaginal prolongada, por lo que no contribuyen a facilitar la llegada al orgasmo.

Experiencias sexuales negativas

En numerosas ocasiones, las experiencias sexuales no son tan agradables como deberían. Esto puede deberse a diferentes motivos, entre ellos, la obligación a tenerlas. Según un estudio publicado en Archives of Sexual Behavior, “las parejas que se ven obligadas a tener relaciones sexuales, tienen sexo consensuado pero no deseado y se sienten presionados a un clímax que no pueden disfrutar del todo”

Además, entre los encuestados para el estudio de Sari van Anders y Chadwick, muchos señalaban que “se habían sentido presionados para llegar al clímax, lo que les había quitado la diversión, mientras que otros afirmaron que los hacía sentir separados de sus sentimientos reales sobre una experiencia sexual. Además, las personas incómodas o que actúan en contra de su orientación sexual o identidad de género podían encontrar que esta sensación era muy desagradable”. 

Si una persona tiene ese tipo de experiencias sexuales en algún momento de su vida, probablemente se sienta bloqueada cuando tenga relaciones sexuales. Para el doctor Héctor Galván, director clínico del Instituto Madrid de Psicología, hay mujeres que, al pasar por momentos sexuales traumáticos,llegan a evitar incluso la masturbación. Pero eso no es todo, algunas de ellas inhiben su deseo sexual. 

Por eso, es de vital importancia acudir a especialistas que puedan ayudar a superar ese tipo de experiencias y conseguir disfrutar de la sexualidad de forma progresiva. 

Problemas derivados de la falta de orgasmos

La obsesión por llegar al clímax es uno de los problemas señalados por expertos en ginecología y sexología. Para la psicóloga y sexóloga Lara Antiquino, “tenerlo como único fin en una relación sexual hace que pasemos por alto muchas de las sensaciones y los estímulos que el sexo puede ofrecernos. Las miradas, el incremento del deseo, el olor de nuestros cuerpos, la respiración, el roce… todo forma parte de la relación sexual y del éxtasis, por lo que no dirijamos nuestra atención únicamente a conseguir el orgasmo, hagámoslo a toda la gama de sensaciones”.

Esto llega a tener consecuencias psicológicas en la mujer al frustrarse, en ocasiones, cuando no llega a tener un orgasmo. Entre esos problemas cabe destacar: 

Frustración sexual

En algunos casos, el hecho de no conseguir un orgasmo hace que se generen sentimientos y pensamientos relacionados con la tristeza, la impotencia, la rabia, etc. Ese es el principal motivo por el que muchas personas rechazan tener relaciones sexuales al sentirse frustradas por el hecho de no llegar al clímax o no lograr que la otra persona lo haga.

Problemas de autoestima

Por lo general, muchas personas llegan a tener pensamientos “orgasmocéntricos”, es decir, centran el sexo en la llegada al orgasmo. Cuando no lo consiguen, su autoestima se ve afectada al centrarse solo en llegar a esa meta y no en disfrutar del momento, lo que hace que la persona llegue a tener inseguridad personal.

Ansiedad

Esta consecuencia está relacionada con la anterior. La obsesión por conseguir un orgasmo hace que todo lo que ocurre en el momento gire en torno a eso, generando ansiedad, miedo e incluso pensamientos relacionados con el fracaso si el clímax tarda en llegar o no llega. Además, todo ese tipo de pensamientos hace que la persona no actúe de forma espontánea y libre, dejándose llevar por aquello que le gusta y le genera placer.

Desgaste de la relación

Por lo general, muchas personas llegan a tener pensamientos “orgasmocéntricos”, es decir, centran el sexo en la llegada al orgasmo. Cuando no lo consiguen, su autoestima se ve afectada al centrarse solo en llegar a esa meta y no en disfrutar del momento, lo que hace que la persona llegue a tener inseguridad personal.

Distorsión de la sexualidad

Parte de la sociedad ha sido educada, en lo que a la sexualidad se refiere, de una forma muy distorsionada. El resto de la población no ha recibido educación sexual de ningún tipo o esta se ha limitado a la parte anatómica. 

Por lo tanto, la concepción que tenemos hoy en día sobre el sexo es errónea, ya que el orgasmo no debería ser el fin último del acto sexual. La finalidad es el placer, el disfrute, la comunicación con la otra persona en un ámbito mucho más sensual, etc.

Como ya señalaba en 1989 la Guía de Anticonceptivos y Sexualidad del Ministerio de Asuntos sociales, «además de los órganos genitales, hay otras partes de nuestro cuerpo capaces de hacernos disfrutar: los pechos, las rodillas, los muslos, las manos, la nuca, las orejas, las nalgas, el cuero cabelludo… Todas las zonas son sensibles. Solo es necesario descubrirlas, relajarse, buscar el placer, dejarse llevar… También es muy excitante observar el placer de la otra persona. Buscar distintas formas de procurárselo y participar en él. Y somos muy capaces; solo hay que quererlo, quitarse el miedo, decirle al otro lo que nos gustar y estar dispuesta a descubrir un mundo nuevo». 

De esa forma, a través del diálogo con la otra persona, de decir lo que nos gusta y lo que no, podemos enfrentarnos a la gran mayoría de problemas que causan la falta de orgasmos y sus consecuencias. Por eso precisamente es necesario que se imparta educación sexual integral en los centros educativos, para normalizar estos temas y hacer que nos sintamos cómodos hablando de ellos. 

 

¿Y tú? ¿Conoces otros motivos que imposibiliten la llegada al clímax u otras posibles efectos negativos? ¡Déjanos un comentario!

 

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